Por eso mi recomendación es que primero, recuerdes ese sueño que has tenido escondido en un cajón, o que quizás has estado trabajando en el por mucho tiempo pero aun no tienes la suficiente confianza para dar ese último paso que lo cambiaría todo. Enfócate en él, traza un plan sencillo y dedícale al menos una hora todos los días. Imagina que ya es una realidad y mantén siempre una actitud positiva, lo demás tú mismo lo irás descubriendo en el camino.

Yo siempre lo tuve muy claro; desde niña soñaba con escribir ¡millones de libros! y aunque la verdad es que también tengo muchos otros sueños y metas, la escritura de alguna manera siempre ha estado presente en todos ellos. Además, escribir se convirtió en mi escape y mi refugio al estar presente en los momentos más difíciles de mi vida. Escribir me ayudó a salir adelante en las peores situaciones donde todo parecía perdido, desde esa cama de hospital hasta perder a mi papá.

Sí, escribir lo es todo para mí.

Especialmente escribir esas historias que sumergen al lector en un mundo diferente donde no existen imposibles y cualquier cosa que soñemos se hace realidad. Historias que te roban el aliento y se quedan grabadas en la memoria por el resto de tu vida. Porque son justamente esas historias las que inspiran a los que aún tienen miedo de soñar.