De la Suerte al Destino
Se conocieron hace tres veranos sobre los rieles de un vagón andando. Él viajaba malhumorado, había perdido su conexión por desvío en »Mala Suerte». Ella siempre alegre aunque despistada también subió en la estación equivocada.
El tren iba repleto pero solo lo necesario para que sus ojos se encontraran. Ella tan sencilla, hermosa y romántica como la Luna; él tan formal, escéptico en el amor como su colección de cicatrices. Aun así; el único asiento vacío les invitaba a un viaje inolvidable hacia la capital europea de las artes. Ella sonriente y soñadora; él serio e intelectual. Mezcla peligrosa para un sentimiento surreal que nació luego de varias paradas en común y un café para llevar.
Descendieron en la misma estación aunque por miedo giraron la brújula hacia salidas opuestas; el olvido y el adiós. Todo para negar que solo un beso faltó. Sin embargo; nadie vence contra el Destino pues tiene libertad de movimiento y hoy aunque apenas es invierno, vuelve a cruzar ambos caminos frente al andén. Ella tan alegre como siempre y él que finalmente se atreve a sonreir con naturalidad. Le da un beso en la mejilla y la invita a subir juntos al tren.
© Mariana J. Pereira S.