Microrelatos

El cordón de los zapatos

… Y la pequeña frustrada derramó un par de inocentes lágrimas, pero su padre muy tranquilo tomó nuevamente el cordón de los zapatos y volvió a amarrarlos para ella. Sin embargo; la pequeña niña aún se sentía avergonzada y desahogó: —No entiendo papá, todos los niños de mi clase ya saben amarrar sus zapatos sin ayuda. Yo también tengo seis años, debería haber aprendido ya a amarrarlos. ¿Por qué papá? ¿Por qué soy tan tonta? —No mi pequeña, no vuelvas a decir eso —le dijo el padre a su pequeña mientras secaba su mejilla—. Todo es a su debido tiempo, ni antes ni después. Cada quien necesita su propio tiempo para estar preparado. No te preocupes ni desesperes. Tienes todo el tiempo del mundo para aprender, mientras tanto yo estaré aquí para amarrarlos para ti. Te lo prometo.

Y exactamente así fue… cada mañana antes de ir a la escuela, el papá le enseñó a su amada pequeña como amarrar el cordón de sus zapatos hasta que una mañana inesperada ella finalmente logró hacerlo sin su ayuda. Su padre con sentimiento de orgullo le dio un beso en la frente como gesto de despedida. La niña contenta le sonrió deseosa por llegar a la escuela. Pero al regresar a casa al final del día, su papá ya no estaba. Algo aún más inesperado había acontecido, tanto que nadie pudo explicarle. Aunque era inevitable. Con el pasar de los días, la ausencia le traía a la pequeña las respuestas que las lágrimas de todos le ocultaron. Aun así, cada mañana la niña volvía a amarrar el cordón de sus zapatos con el fuerte deseo de que fuese su padre quien lo hiciese por ella.

De nada sirve apresurar al tiempo, ya el mismo va suficientemente de prisa mientras nosotros nos olvidamos de disfrutar la brisa que nos deja su paso. Porque el nuestro aquí en la Tierra es demasiado vulnerable, así como segundos fugaces que se convierten en cenizas para jamás ser olvidados. Ojalá el dolor no fuese el mejor maestro, ojalá supiésemos valorar cada momento pero lamentablemente, ni el alma más pura se salva de enfrentar los designios de la vida. Vida que seguramente jamás entenderemos por completo. Así como la pequeña niña que dejó pasar el tiempo para sanar y crecer en silencio aunque sus ojos siguieran humedos de tierna inocencia. Y el cordón de sus zapatos guardado siempre en su cartera, para llevarlo más cerca del corazón.

© Mariana J. Pereira S.

Por siempre en mi corazón y memoria. Te Amo papá 16/09/2020 <3